La situación del Movimiento Al Socialismo (MAS) en Tarija enfrenta un periodo de transformación, aunque no sin complicaciones. Julia Ramos, una figura
La situación del Movimiento Al Socialismo (MAS) en Tarija enfrenta un periodo de transformación, aunque no sin complicaciones. Julia Ramos, una figura emblemática del partido y parte del movimiento Bartolina, ha manifestado que, a pesar de la falta de legalidad, el partido cuenta con legitimidad y confía en que la normalización se materialice en el futuro cercano. Ramos critica lo que considera un secuestro del aparato organizativo por parte de Evo Morales, quien se encuentra cada vez más aislado en el Chapare. Ella sostiene que no reconocerá el resultado de un Congreso Departamental impulsado por el sector conocido como ala arcista, aunque se resiste a considerar la estructura paralela del MAS únicamente como un apoyo al presidente.
Durante un reciente congreso en Camacho, ubicado en el municipio de Padcaya, se eligieron nuevos líderes para la departamental. Andrés Meriles fue nombrado presidente, mientras que Cristina Romero asumió la vicepresidencia. Meriles, quien comenzó su carrera política en el ámbito universitario, se hizo conocido por una controvertida campaña de revocatorio en 2018 contra el entonces alcalde Rodrigo Paz Pereira. En años recientes, ha sido un miembro destacado de la Federación Sindical Única de Comunidades Campesinas de Tarija (FSUCCT), que también ha mostrado divisiones en cuanto a su apoyo a Arce o Morales. Por su parte, Romero es una militante de las Bartolinas Sisa, una organización que ha sido fundamental en la formación de líderes y autoridades en la región.
El acto de posesión de Meriles estaba programado para el domingo, pero los asistentes decidieron adelantar la ceremonia, lo que generó inconvenientes, incluyendo la afectación de la portada de un diario local. En este evento no estuvieron presentes representantes del gobierno ni destacados miembros del gabinete de Arce.
La elección, sin embargo, ha sido tumultuosa. Morales ha dejado claro que no reconocerá esta nueva elección, mientras que la renovación del liderazgo departamental ha estado pendiente durante más de cinco años. Carlos Acosta, un joven líder campesino de la provincia de Uriondo, ha mantenido su cargo desde 2017, gracias al apoyo del entonces alcalde Álvaro Ruíz. Acosta había sido postulado como candidato del MAS en 2021 en un enfrentamiento con Walter Ferrufino, pero finalmente se alineó con el sector arcista en medio de la crisis interna.
Pilar Lizárraga, quien lidera el bando opuesto, intentó destituir a Acosta mediante una moción de censura que no fue validada por Morales. Sin embargo, la confianza de Arce en Acosta se erosionó, lo que llevó a la designación de un delegado presidencial para Tarija, quien asumió funciones que normalmente corresponden al presidente departamental. En un giro inesperado, Acosta se alineó con el evismo y se mostró públicamente junto a Morales en un reciente encuentro. En los próximos días, se observará cómo se movilizan los diferentes sectores dentro del partido en esta nueva etapa
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