Cada 2 de abril, la atención global se centra en el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, una jornada dedicada a iluminar la realidad de est
Cada 2 de abril, la atención global se centra en el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, una jornada dedicada a iluminar la realidad de esta condición, fomentar la comprensión social y demandar políticas gubernamentales que promuevan la inclusión y el acceso a servicios especializados. En la región de Tarija, numerosas familias viven de cerca los retos que implica criar, proteger y facilitar la integración de sus hijos dentro del espectro autista, en un entorno social que aún requiere profundizar su entendimiento sobre el tema.
Durante un largo periodo, el autismo fue erróneamente asociado a otros trastornos, como la esquizofrenia infantil o la psicosis, lo que generó prejuicios arraigados. En la actualidad, se comprende que el TEA es una condición del neurodesarrollo que incide en la comunicación, la interacción social y el comportamiento, requiriendo un enfoque de atención personalizado desde las primeras etapas de la vida. Sin embargo, en Tarija, la disponibilidad de atención especializada es limitada, resultando en muchos casos inaccesible o económicamente prohibitiva para las familias.
En un sector periférico de la ciudad, Rosa y su familia han reorganizado su rutina diaria tras el diagnóstico de autismo de su hijo menor, Mateo, a los tres años de edad. “Mateo se comunica principalmente a través de gestos, aunque su comprensión es notable. Hay momentos en que ciertos estímulos sensoriales le resultan abrumadores, y la frustración por no poder expresarse verbalmente puede generarle angustia. Nuestro principal objetivo es evitar que se sienta excluido”, relata Rosa.
La institución educativa a la que asiste Mateo ha manifestado su intención de integrarlo en el aula regular, pero carece de personal debidamente capacitado y de recursos didácticos adaptados. “Si bien algunas docentes demuestran compromiso, otras no saben cómo abordar sus comportamientos específicos. En ocasiones, nos solicitan retirarlo del colegio ante situaciones que consideran difíciles de manejar”, explica la madre.
Ante la insuficiencia de servicios públicos especializados, algunas familias, como la de Rosa, buscan alternativas en centros privados impulsados por iniciativas de padres que comparten experiencias similares. Estos espacios ofrecen terapias de lenguaje, estimulación sensorial, psicomotricidad y apoyo psicológico. No obstante, los costos asociados a estos servicios representan un obstáculo significativo para muchas familias con recursos limitados.
Las familias de niños y niñas con autismo no solo se movilizan en la búsqueda de atención médica y educativa adecuada, sino que también promueven activamente una sociedad que los acoja sin estigmatizaciones. Insisten en que el autismo no es una enfermedad, sino una condición humana que demanda comprensión, empatía y un compromiso colectivo.
Se ha observado que la falta de diagnóstico de autismo puede llevar a confusiones con otras patologías. Expertos en el tema señalan que un número considerable de individuos con autismo no han recibido un diagnóstico preciso, lo que puede resultar en la atribución errónea de sus síntomas a condiciones como la ansiedad o la depresión. Esta ausencia de un diagnóstico oportuno ha provocado que muchas personas enfrenten dificultades en su vida diaria sin comprender la raíz de sus desafíos.
Se destaca que el autismo es una condición que afecta áreas cruciales como la comunicación, la interacción social, la flexibilidad cognitiva y la integración sensorial. La falta de comprensión sobre esta condición puede llevar a interpretaciones erróneas del comportamiento de las personas autistas, etiquetándolas injustamente como maleducadas, indolentes, consentidas o carentes de disciplina. Esta incomprensión se extiende al ámbito educativo y laboral, donde las personas con autismo pueden enfrentar barreras significativas debido a la falta de habilidades sociales desarrolladas, a pesar de poseer una formación académica sólida.
Se subraya la necesidad de que todas las instituciones implementen programas de capacitación dirigidos a padres, profesionales y educadores, dado que el conocimiento sobre el espectro autista aún es limitado en la sociedad. En el caso de las mujeres, por ejemplo, se ha notado que el autismo tiende a pasar inadvertido cuando no se asocia a discapacidad intelectual, lo que complica su identificación temprana.
Asimismo, se advierte sobre la posibilidad de un sobrediagnóstico de condiciones como el autismo, el TDAH y el TOC, y se enfatiza que cuanto más precoz sea el diagnóstico, mayores serán las oportunidades de intervención y desarrollo para la persona. Se concluye que un diagnóstico tardío puede restringir significativamente el potencial de mejora en la calidad de vida de las personas con autismo
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