Los líderes sindicales Humberto Claros y Enrique Mamani, representando a la Custb y a los interculturales, respectivamente, se han convertido en figur
Los líderes sindicales Humberto Claros y Enrique Mamani, representando a la Custb y a los interculturales, respectivamente, se han convertido en figuras centrales tras la reciente ocupación de las oficinas de la Central Obrera Boliviana (COB). Ante estos acontecimientos, el presidente Luis Arce ha solicitado la apertura de una investigación y la aplicación de sanciones a quienes resulten responsables.
El mandatario calificó la acción como un intento de golpe sindical que amenaza los derechos laborales consagrados en el país. En un mensaje claro, Arce enfatizó la necesidad de una investigación exhaustiva y de castigos para los autores de este acto, que consideró inaceptable y que no debe quedar sin respuesta.
Este lunes, alrededor de 50 personas se congregaron en las instalaciones de la COB con la intención de desalojar al ejecutivo Juan Carlos Huarachi, quien se encontraba en el último piso del edificio. Durante una conferencia de prensa, los dirigentes Claros y Mamani manifestaron su intención de sacar a Huarachi de manera violenta.
El incidente recuerda a los eventos del Zuñigazo, ocurrido el 26 de junio de este año, cuando el general Juan José Zuñiga protagonizó una situación similar. Los seguidores de Evo Morales permanecieron en las oficinas por aproximadamente media hora, durante la cual causaron desorden, antes de retirarse. Posteriormente, Huarachi y sus aliados denunciaron lo sucedido como un golpe sindical.
En un acto celebrado en Cochabamba, Arce expresó su preocupación por el ataque a la COB, subrayando que esta organización representa a una gran parte de la población boliviana. El presidente describió la situación como un ataque orquestado por fuerzas que él calificó de fascistas, argumentando que no se puede recurrir a la violencia para obtener lo que no se ha logrado en las elecciones.
Casi de inmediato, los grupos de WhatsApp vinculados al oficialismo comenzaron a difundir imágenes de los individuos que participaron en la ocupación, lo que desató una serie de acusaciones dirigidas hacia dirigentes y legisladores cercanos a Evo Morales
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