Pese a que antecedentes históricos del río Pilcomayo reflejan la existencia de contaminación minera en este afluente, además de un reciente estudio en
Pese a que antecedentes históricos del río Pilcomayo reflejan la existencia de contaminación minera en este afluente, además de un reciente estudio encomendado por la Gobernación de Tarija, que detectó la presencia de plomo, el Gobierno nacional insiste en que todo está dentro de los parámetros permitidos y pone en duda la veracidad de estudios anteriores. Son diversos estudios e investigaciones que confirman la presencia de metales pesados –nocivos para la salud- en el río Pilcomayo. En efecto, las cabeceras del río Pilcomayo nacen en los andes bolivianos, en el departamento de Potosí, región caracterizada por su riqueza minera. A inicios del mes de septiembre, el viceministro de Medio Ambiente, Magin Herrera, aseguraba que un estudio realizado por el Gobierno nacional no halló anomalías en cuanto a la presencia de metales pesados en la carne de pescado, y que la calidad del agua del Pilcomayo era tipo “B”, apta para el consumo humano. En el transcurso de la presente semana, ha sido la Dirección Ejecutiva de la Comisión Trinacional del río Pilcomayo (WEB www.pilcomayo.net) la que ha reportado que el nivel de agua en el río Pilcomayo se acerca a su mínimo histórico, un mes y medio antes que lo ocurrido en 2022.
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