Milan Campeón Derrota Líder Serie A Nuevo Rey Fútbol Italiano

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AC Milan ha ascendido a la cima de la tabla de la Serie A, un hito que no alcanzaba en dos años, tras imponerse por 2-1 al actual campeón, el Nápoles.

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AC Milan ha ascendido a la cima de la tabla de la Serie A, un hito que no alcanzaba en dos años, tras imponerse por 2-1 al actual campeón, el Nápoles. Esta victoria extiende su racha triunfal a cuatro partidos consecutivos. La actuación estelar de Christian Pulisic fue fundamental, contribuyendo con una asistencia para el primer gol y anotando el segundo, ambos en la primera media hora del encuentro disputado en San Siro. A pesar de un susto final con un remate al poste de Neres y una resistencia tenaz del rival, el Milan aseguró los tres puntos y el liderato.

Ni siquiera el penalti convertido por Kevin De Bruyne, quien posteriormente fue sustituido con evidentes signos de frustración, ni la expulsión de Pervis Estupiñán en la misma jugada en el minuto 55, lograron cambiar el desenlace del partido. Estupiñán fue sancionado por una falta sobre Di Lorenzo, quien se disponía a rematar un rechace, siendo considerado el último hombre. Este resultado alteró la situación en la cumbre, donde el Nápoles había mantenido un pleno de victorias hasta la irrupción del Milan.

El equipo local inició el encuentro con una intensidad notable, necesitando apenas dos minutos y veintitrés segundos para abrir el marcador. Christian Pulisic, en un momento de forma excepcional, protagonizó una carrera decisiva, superando a sus marcadores y adentrándose en el área para asistir a Saelemaekers, quien remató a placer en el segundo palo. Fue un arranque fulgurante.

En el imponente escenario de San Siro, con una atmósfera vibrante, el Nápoles concedió demasiado espacio en los primeros compases. Les tomó un tiempo considerable encontrar su ritmo, pero una vez que lo hicieron, dejaron claro al Milan que el partido sería mucho más disputado. Miguel Gutiérrez y Scott McTominay fueron los primeros en poner a prueba los reflejos del portero Mike Maignan.

A partir del minuto 10, el encuentro se desarrolló de manera más equilibrada, como se esperaba entre el entonces líder y un equipo en clara progresión bajo la dirección de Massimiliano Allegri, que aspira a lo más alto de la clasificación. Luka Modric generó otra oportunidad para el Milan con un córner que Pavlovic remató desviado. Sin embargo, esta acción fue más una apariencia que una amenaza real.

El Nápoles dominaba la posesión del balón, trasladando progresivamente el juego al campo contrario, aunque siempre expuesto a un contragolpe rápido de Fofana. Se sentían cada vez más cómodos con el desarrollo del partido, pero no con el marcador. Kevin De Bruyne insistía, incluso con saques de esquina cerrados que el portero local resolvió con solvencia. Santi Giménez, el delantero, también intervino defensivamente para evitar un apuro para el conjunto ‘rossonero’.

Sin embargo, el dominio del Nápoles era una ilusión frente a un Milan que parecía tenerlo todo a su favor. A pesar de haber cedido la iniciativa al conjunto celeste durante los veinte minutos previos, el segundo gol del Milan fue un ejemplo de su eficacia: una incursión de Pavlovic, una conexión precisa con Fofana y la definición de Pulisic, quien sumaba así su quinto gol en las cinco victorias consecutivas de su equipo. Fue un tanto fácil, preciso e incontestable, solo puesto en duda antes del descanso por un cabezazo claro pero desviado de Anguissa.

El Nápoles mantuvo su ímpetu en la segunda mitad. Un cabezazo conjunto de Anguissa y McTominay fue brillantemente despejado por Mike Maignan. Di Lorenzo se lanzó al rechace, pero fue desequilibrado por un agarrón de Pervis Estupiñán. El árbitro inicialmente señaló penalti y mostró tarjeta amarilla, pero tras revisar el VAR, cambió la amonestación por una tarjeta roja directa, una decisión que el lateral ecuatoriano recibió con incredulidad e indignación.

Antes de la ejecución del penalti, Allegri optó por sustituir a Pulisic, el jugador más destacado, por Bartesaghi para compensar la ausencia de Estupiñán. De Bruyne transformó el penalti con maestría, enviando el balón junto al poste, al lado opuesto de donde se estiró Maignan. Este gol reabrió el encuentro con más de 35 minutos aún por jugar.

El panorama había cambiado drásticamente: el Nápoles se encontraba a solo un gol de desventaja, con superioridad numérica (aunque esta apenas se hizo notar) y con toda la posesión, pero sin lograr penetrar más allá de los alrededores del área. La apuesta de Allegri fue la entrada de Rafael Leao en sustitución de un discreto Santi Giménez. El extremo portugués reaparecía tras una lesión que lo había mantenido alejado de los terrenos de juego desde el 17 de agosto.

Antonio Conte, el técnico del Nápoles, realizó más cambios, retirando a un visiblemente enfadado De Bruyne, así como a McTominay y Hojlund, quien tuvo una actuación discreta sin ningún remate a puerta.

El Nápoles necesitaba alterar el ritmo del encuentro, pero el juego continuó desarrollándose según los deseos del Milan, que no concedió más ocasiones claras hasta el tiempo añadido, cuando un potente disparo de Neres se estrelló en el travesaño. A pesar de su circulación de balón, el Nápoles careció del último pase, de ese impulso de inspiración y celeridad necesario para desarticular a un rival cerrado e inabordable, liderado por la pegada de Pulisic y una sólida consistencia defensiva que les permitió alcanzar la cima de la liga después de dos años. Luka Modric disputó los 90 minutos, aportando una garantía constante en el centro del campo

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