María Corina Machado, destacada figura de la oposición venezolana, ha sido distinguida este viernes con el Premio Nobel de la Paz 2025. La Academia No
María Corina Machado, destacada figura de la oposición venezolana, ha sido distinguida este viernes con el Premio Nobel de la Paz 2025. La Academia Noruega del Nobel le ha conferido este honor en reconocimiento a su persistente dedicación a la promoción de los derechos democráticos del pueblo de Venezuela y a su compromiso con la búsqueda de una transición equitativa y pacífica hacia la democracia, alejándose de un régimen autoritario.
A sus 57 años, Machado se ha erigido como la voz preeminente de la resistencia frente al gobierno de Nicolás Maduro, quien asumió la presidencia en 2013 tras el fallecimiento de Hugo Chávez. El comité noruego resaltó su papel crucial durante el proceso electoral presidencial de julio de 2024, una contienda en la que la oposición declaró haber prevalecido en las urnas, si bien los resultados fueron desestimados por el oficialismo, que no presentó evidencia alguna para sustentar su propia proclamación de victoria.
Desde la perspectiva del Comité Noruego, la democracia constituye una condición indispensable para una paz duradera. Sin embargo, la institución observó que el mundo actual experimenta un retroceso en esta materia, con un número creciente de regímenes autoritarios que desafían las normas establecidas y recurren a la violencia. Se enfatizó que María Corina Machado ha consagrado años a la causa de la libertad para los venezolanos, y que el control férreo del poder por parte del régimen en Venezuela, junto con la represión ejercida sobre su población, no son fenómenos aislados a nivel global.
La institución también señaló tendencias similares a escala mundial: el abuso del Estado de derecho por parte de quienes detentan el poder, el silenciamiento de la libertad de prensa, el encarcelamiento de críticos y el empuje de las sociedades hacia modelos autoritarios y la militarización. A pesar de que 2024 fue un año con un número récord de elecciones, se constató que cada vez menos de ellas pueden considerarse verdaderamente libres y justas.
Este galardón marca la segunda ocasión en que una personalidad venezolana recibe un Premio Nobel, siguiendo a Baruj Benacerraf, quien obtuvo el Nobel de Medicina en 1980.
María Corina Machado Parisca, madre de tres hijos y la mayor de cuatro hermanas, proviene de una familia con un sólido trasfondo. Su padre fue un prominente empresario del sector metalúrgico, cuyas compañías fueron expropiadas durante la administración de Hugo Chávez, predecesor de Maduro y gobernante de Venezuela por casi una década. Su madre, por su parte, es una destacada psicóloga y tenista.
Con formación en ingeniería industrial y una especialización en finanzas, Machado desarrolló su carrera en diversas empresas del sector industrial antes de orientarse hacia organizaciones dedicadas a la lucha contra la pobreza y la supervisión electoral. A través de estas actividades, forjó lazos con el Partido Republicano en Estados Unidos, país donde residió y con el cual mantiene conexiones políticas. Esta vinculación llevó al chavismo a considerarla consistentemente como una colaboradora de lo que denominaban golpismo imperialista.
Su incursión en la política nacional se concretó en 2010, al ser elegida diputada independiente a la Asamblea Nacional, donde defendió un discurso anticomunista. En 2012, compitió en las primarias de la oposición, siendo superada por Henrique Capriles. Posteriormente, tuvo una participación activa en las protestas masivas contra el gobierno de Maduro en 2014 y 2017.
Machado fue pionera en calificar al gobierno como una dictadura, rechazó categóricamente cualquier intento de negociación con el chavismo, abogó por el uso de la fuerza para lograr un cambio de gobierno y criticó abiertamente a los principales partidos opositores, a quienes acusó de colaboracionistas.
No obstante, su rol más significativo se manifestó en el período previo a las elecciones de 2024. Emergió como la figura central de un movimiento opositor unificado en torno a su candidatura. Sin embargo, el gobierno de Maduro le impidió formalizar su inscripción, aduciendo una inhabilitación política de quince años para ocupar cargos públicos. Ante esta situación, Machado decidió respaldar la campaña de Edmundo González, un exdiplomático que sí había logrado inscribirse en la contienda electoral. Juntos, recorrieron el país en una intensa campaña.
Tras la jornada de votación del 28 de julio de 2024, la coalición opositora, bajo el liderazgo de Machado, implementó una estrategia para recopilar la mayoría de las actas de las mesas de votación. Ella y su equipo presentaron cerca del 85% de las actas emitidas ese día, las cuales, según sus afirmaciones, evidenciaban la victoria de González. Sin embargo, el Consejo Nacional Electoral de Venezuela no solo desestimó los resultados presentados por la oposición, sino que procedió a declarar a Nicolás Maduro como ganador, sin proporcionar pruebas que sustentaran dicha decisión.
A raíz de estos acontecimientos, se desencadenó una campaña de persecución contra Machado y González. Este último se vio forzado a exiliarse en Madrid, mientras que Machado ha permanecido en Venezuela, viviendo en la clandestinidad
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