La política nacional boliviana se ha convertido en un monólogo que amenaza con volverse tedioso en demasía, pues ya son muchos meses que la oposición
La política nacional boliviana se ha convertido en un monólogo que amenaza con volverse tedioso en demasía, pues ya son muchos meses que la oposición replegó velas y se subió al anfiteatro a ver cómo se despedazaban los dos sectores del masismo que tal vez existieron siempre, pero que desde 2021 han desenfundado los cuchillos, aunque en realidad no acabé de pasar nada. Esta semana ha habido tres temas sobre la mesa del MAS que acaban afectando a todos: el domingo pasado a última hora se desactivaba finalmente la protesta que los campesinos afines a Evo Morales querían concretar en un bloqueo de caminos, la Ley de Elecciones Judiciales que fue pactada en el Senado por todas las bancadas y el Congreso del MAS, cuyo visto bueno ha dado el Tribunal Supremo Electoral del cual se desmarcó el Pacto de Unidad.Mientras los focos se centran en el MAS y en su disputa política, la oposición vive su enésima semana de intrascendencia, mientras el gobierno de Luis Arce controla las oposiciones locales. En Tarija se buscan medidas para contener el gasto en tiempos de crisis, como la bajada de salarios políticos y de curules de la Asamblea, con referéndum tal vez.
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