Huarachi renuncia a la COB tras ocho años marcados por la crítica y la cercanía al poder

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Huarachi renuncia a la COB tras ocho años marcados por la crítica y la cercanía al poder

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La Central Obrera Boliviana (COB) ha sido escenario de una importante transición en su liderazgo, con la conclusión del mandato de Juan Carlos Huarach

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La Central Obrera Boliviana (COB) ha sido escenario de una importante transición en su liderazgo, con la conclusión del mandato de Juan Carlos Huarachi tras un período de ocho años. Su salida de la principal confederación sindical del país se produce en un contexto de intensas críticas, que apuntan a una excesiva cercanía con las esferas del poder político y una consecuente erosión de la autonomía de la organización en la defensa de los derechos e intereses de los trabajadores.

El inicio formal del congreso de la COB marcó el punto final de la prolongada gestión de Huarachi. Los delegados procedieron a la acreditación y a la conformación de la primera plenaria, donde se estableció el presídium encargado de conducir el desarrollo de todo el evento. Este paso protocolario confirmó el cese de funciones del ejecutivo saliente. Desde diversos frentes del movimiento obrero, se habían manifestado dudas sobre la capacidad de Huarachi para representar fielmente a los trabajadores en los últimos tiempos, especialmente ante especulaciones sobre posibles intentos de extender su permanencia en el cargo, en un momento que coincide con el inicio de un nuevo ciclo político en la nación.

En cuanto a la sucesión, la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (Fstmb), uno de los sectores más influyentes dentro de la COB, ha presentado tres precandidaturas para la nueva dirección: Mario Argollo, de Huanuni; Joaquín Mamani, de Colquiri; y Edilberto Echeverría, de Andacaba. Se espera que la decisión sobre cuál de estos candidatos recibirá el respaldo de la federación se tome en breve, allanando el camino para la elección del nuevo líder, que estaba prevista para las horas siguientes al inicio del congreso.

Huarachi, quien previamente se desempeñó como minero en Huanuni, fue elegido en 2018, durante una administración anterior. Su mandato inicial estaba estipulado para dos años, con la posibilidad de una reelección. Sin embargo, mediante una serie de prórrogas consecutivas, su período al frente de la COB se extendió por casi ocho años, convirtiéndolo en uno de los dirigentes más longevos en la historia de la confederación. A lo largo de este tiempo, mantuvo una relación estrecha con tres presidentes sucesivos, una proximidad que generó fuertes cuestionamientos desde las bases, quienes demandaban una COB con una esencia y convicción revolucionaria, y la necesidad de reencauzar la institución.

La presión para su relevo se había intensificado durante meses, particularmente desde el sector minero, que acusó al ejecutivo saliente de haber supeditado la institución a los intereses del actual gobierno. La presentación de su informe final ante el congreso fue un episodio tenso, caracterizado por abucheos, gritos y momentos de confrontación. A pesar de la polarización entre delegados afines y detractores, el informe fue finalmente aprobado a mano alzada por sus seguidores. Poco después, Huarachi abandonó el coliseo, abriéndose paso entre empujones y objetos lanzados desde las gradas, escoltado por sus bases.

Las preocupaciones sobre la transparencia del proceso de sucesión persistieron, con algunos líderes sindicales denunciando supuestos intentos por parte del entorno del ejecutivo saliente de prolongar su influencia. Estas voces enfatizaron la necesidad de que la clase trabajadora impidiera la continuidad de una dirección que, a su juicio, había sometido a la COB al poder político y traicionado los intereses de los trabajadores. Asimismo, se expresó escepticismo sobre la posibilidad de una verdadera renovación, con algunos observadores calificando el congreso como un evento cupular y burocrático, alejado de las bases, donde prevalecían los acuerdos entre facciones y la habilitación de organizaciones sin representatividad real.

El congreso culminará con la elección del nuevo secretario ejecutivo. De acuerdo con los estatutos de la COB, este cargo fundamental debe ser ocupado por un representante del sector minero. Exdirigentes de la COB han subrayado la imperiosa necesidad de que el nuevo liderazgo rompa con el alineamiento político que caracterizó la gestión anterior, abogando por la recuperación de la independencia de la institución y la defensa intransigente de los derechos laborales. El futuro de la COB se definirá en las próximas horas, en un ambiente de expectativa y con el desafío de reconstruir su legitimidad ante una clase trabajadora que clama por un retorno al espíritu combativo y a los principios de conciencia de clase, inspirados en históricas tesis obreras

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