La directiva de Oriente Petrolero experimenta una baja significativa con la partida de Gustavo Gutiérrez. El hasta ahora secretario general, una figur
La directiva de Oriente Petrolero experimenta una baja significativa con la partida de Gustavo Gutiérrez. El hasta ahora secretario general, una figura central y portavoz del club, ha presentado su dimisión, calificándola de irrevocable. Este acontecimiento se produce en un momento de particular fragilidad para la entidad deportiva.
Gutiérrez atribuyó su decisión a las considerables resistencias y obstáculos internos que, según sus declaraciones, encontró en el seno de la propia cúpula directiva. Durante los últimos meses, había ejercido un liderazgo notorio, asumiendo la responsabilidad de las gestiones tanto institucionales como deportivas.
Aunque en algún momento se perfiló como un posible candidato a la presidencia, su postulación no prosperó al no obtener la validación necesaria por parte de la Federación Boliviana de Fútbol. Pese a ello, su labor fue fundamental para mantener la operatividad diaria de la institución, navegando entre las complejidades financieras y administrativas que la aquejaban.
Desde el mes de mayo, sus esfuerzos se concentraron en la amortización de parte de los pasivos económicos con el plantel de jugadores y en la resolución de litigios ante la FIFA que obstaculizaban el registro de nuevos futbolistas. Su influencia en estos aspectos fue crucial, contribuyendo a preservar una relativa estabilidad deportiva para el equipo durante el torneo actual.
En los próximos días, se espera la realización de una auditoría interna y la convocatoria a una asamblea general para determinar el rumbo a seguir. Con la salida de Gutiérrez, Oriente Petrolero se enfrenta a un renovado período de incertidumbre, con la imperiosa necesidad de reestructurar su organigrama directivo
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