Gato andino en peligro de extinción busca protección urgente en Bolivia su rol espiritual amenaza su supervivencia

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Gato andino en peligro de extinción busca protección urgente en Bolivia su rol espiritual amenaza su supervivencia

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La confirmación de la presencia del gato andino en un área protegida del noroeste boliviano ha impulsado la creación de un plan de acción crucial para

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La confirmación de la presencia del gato andino en un área protegida del noroeste boliviano ha impulsado la creación de un plan de acción crucial para la salvaguarda de este elusivo felino. Considerado por algunas comunidades como el mensajero de los achachilas, los espíritus guardianes de las montañas, este animal se encuentra en una situación de peligro crítico en el país andino.

Esta iniciativa es liderada por la Fundación Teko Kavi, en el marco del proyecto de Conservación del Gato Andino en Bolivia y Perú. El esfuerzo cuenta con el respaldo financiero del Fondo de Alianzas para los Ecosistemas Críticos (CEPF) y el apoyo del Gobierno de Canadá. En Bolivia, la fundación concentra sus actividades en el Área Natural de Manejo Integrado Nacional Apolobamba, una vasta región altoandina ubicada en el norte del departamento de La Paz.

El biólogo Josef Rechberger, coordinador del proyecto, ha enfatizado que el objetivo principal es establecer un plan de acción de conservación específico para el gato andino dentro de Apolobamba. Todas las actividades se llevan a cabo en estrecha colaboración con los guardaparques del área protegida y las comunidades locales.

Para recabar la información necesaria, se desplegaron cuarenta cámaras trampa que estuvieron operativas entre los meses de mayo y agosto. Estas cámaras se instalaron estratégicamente en las markas o conjuntos de comunidades de Apacheta, Suni Alpaqueros y Cañuhuma, así como en antiguas minas abandonadas en la zona sur de Apolobamba. Durante este período, se obtuvieron registros fotográficos y de video de los felinos. Aunque la bióloga Oriana Prado ha señalado que no es posible determinar con exactitud el número de individuos debido a la dificultad de identificarlos detalladamente, se estima que podrían ser alrededor de tres, considerando la distancia entre las cámaras, si bien la cifra podría ser mayor o alguno de los ejemplares podría haberse desplazado considerablemente.

Estos recientes hallazgos complementan los datos recopilados durante la fase inicial del proyecto en 2023, que también se desarrolló en Apolobamba, pero en los territorios de la Nación Puquina, situados en el norte del área protegida. La información obtenida a partir de estos registros es fundamental para la elaboración del plan de acción destinado a la conservación del gato andino en la región.

El gato andino, cuyo nombre científico es *Leopardus jacobita*, se distribuye en Argentina, Bolivia, Chile y Perú. Se calcula que la población total en la región oscila entre los 2.400 y 2.500 individuos, una cifra considerada muy baja. Estos felinos pueden alcanzar un peso de hasta siete kilogramos y se distinguen por sus orejas grandes y ligeramente redondeadas, una nariz negra, un pelaje con manchas características y una cola gruesa adornada con anillos oscuros. En Sudamérica, la especie está clasificada como en peligro, pero en Bolivia, su situación es aún más precaria, figurando como en peligro crítico según la clasificación nacional.

Los gatos andinos habitan en entornos elevados y rocosos, una característica que contribuye a la fragmentación de su población, ya que estos hábitats no son continuos. Esta particularidad también los hace especialmente vulnerables a los efectos del cambio climático y a diversas enfermedades. Su dieta se compone principalmente de vizcachas, roedores similares a los conejos pero con colas alargadas. Al depredar sobre las vizcachas, los felinos desempeñan un papel ecológico vital, ayudando a controlar la sobrepoblación de estos roedores que se alimentan de las plantas de los bofedales, impactando así positivamente en el ciclo hídrico de estas zonas. Culturalmente, la Nación Puquina lo venera como un ser sagrado y un portador de buenos presagios, mientras que en el sur de Apolobamba, algunos pobladores lo evitan, creyendo que causarle daño o molestia podría acarrear enfermedades o incluso la caída de un rayo.

Entre las amenazas más significativas para el gato andino, la minería se destaca por sus efectos indirectos, principalmente a través de la contaminación de las fuentes de agua en sus hábitats. Asimismo, el proyecto ha identificado que los perros y gatos domésticos de las comunidades cercanas incursionan ocasionalmente en el hábitat del felino silvestre en busca de alimento, lo que representa un riesgo adicional por la posible transmisión de enfermedades.

Frente a estas amenazas, la Fundación Teko Kavi está implementando diversas acciones. Trabaja con las escuelas de Apolobamba para educar sobre el rol ecológico del gato andino y busca concienciar a los habitantes sobre la tenencia responsable de mascotas. Además, ha llevado a cabo talleres de sensibilización sobre la minería responsable para prevenir la contaminación del agua. Se contempla también apoyar una iniciativa para que mujeres indígenas de la zona elaboren artesanías tejidas con la imagen del gato andino, una medida que no solo generaría ingresos para las comunidades, sino que también contribuiría a la conservación de estos valiosos animales

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