El lunes, el legislador de oposición Miguel Roca ingresó al recinto de la Cámara de Diputados acompañado por un grupo de creyentes evangélicos. Su pro
El lunes, el legislador de oposición Miguel Roca ingresó al recinto de la Cámara de Diputados acompañado por un grupo de creyentes evangélicos. Su propósito declarado era llevar a cabo una intervención espiritual destinada a purificar el ambiente parlamentario.
El hemiciclo, que en los últimos tiempos ha sido escenario de sesiones marcadas por la confrontación verbal e incluso física, fue el lugar de esta inusual manifestación. Los participantes, en unísono, proclamaron una liberación espiritual para los gobernantes y legisladores, invocando una presencia divina.
El diputado Roca, por su parte, expresó un deseo de guía y fortaleza divinas, buscando el camino de la verdad y el amor. Los creyentes también entonaron cánticos de fe, expresando la convicción de que la nación sería sanada y salvada por un espíritu sagrado.
Uno de los líderes espirituales que encabezó la comitiva afirmó la adscripción de la nación a una figura divina, una proclamación que, según él, marcaba un nuevo rumbo. Criticó ciertas prácticas previas, incluyendo rituales de ofrenda y sahumerios, que, a su juicio, habían comprometido la nación con fuerzas adversas. Este ciclo, afirmó, había concluido, augurando que una entidad divina omnipotente asumiría el control total del país a partir de ese momento
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