El TSE enfrenta obstáculos legales, financieros y políticos que ponen en riesgo la realización efectiva de los comicios. El Tribunal Supremo Electora
El TSE enfrenta obstáculos legales, financieros y políticos que ponen en riesgo la realización efectiva de los comicios.
El Tribunal Supremo Electoral de Bolivia se encuentra ante una serie de desafíos que amenazan la realización efectiva de las elecciones generales previstas para agosto. Aspectos legales, financieros, políticos y comunicacionales ponen en riesgo la viabilidad del proceso electoral.
El Tribunal Supremo Electoral (TSE) se encuentra enfrentando una serie de desafíos de diversa índole a medida que se acerca la fecha de las elecciones generales, previstas para el 17 de agosto. Estos desafíos abarcan aspectos legales, financieros, políticos y comunicacionales que ponen en riesgo la realización efectiva de los comicios, según han señalado vocales del TSE y analistas políticos.
Entre los principales obstáculos se destacan la necesidad de garantizar la independencia institucional y la seguridad jurídica, la escasez de recursos económicos para el voto en el exterior, la implementación de un sistema de conteo rápido de votos, así como la fragmentación política y la multiplicidad de candidatos, que auguran unas elecciones altamente fragmentadas.
Expertos como la politóloga María Teresa Zegada han advertido sobre la importancia primordial de asegurar que las elecciones se lleven a cabo de manera efectiva en un contexto de creciente desinstitucionalización y disputas entre los poderes del Estado, lo que podría afectar la viabilidad del proceso electoral. Una reciente sentencia del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) respecto a la anulación de la elección de magistrados ha generado incertidumbre e inestabilidad en los órganos judiciales del país y ha dejado al TSE en una situación de vulnerabilidad sin precedentes.
La comunicación oficial por parte de los vocales del TSE ha sido señalada como un aspecto crucial por analistas como Marcelo Arequipa, quienes subrayan la necesidad de que el órgano electoral actúe de manera unificada y coherente para transmitir confianza y certidumbre a la ciudadanía. La falta de alineación en las declaraciones públicas de los vocales ha contribuido a sembrar confusión y a debilitar la percepción de unidad institucional.
En cuanto a los aspectos financieros, el incumplimiento por parte de la Asamblea Legislativa de un acuerdo para aprobar el marco legal necesario y desbloquear un crédito externo de 100 millones de dólares para cubrir los costos del voto en el exterior y el sistema de Transmisión Rápida de Resultados (TREP) ha generado preocupación en el TSE, que advierte que podría no contar con los recursos necesarios para garantizar la participación de los ciudadanos bolivianos en el extranjero.
Por otro lado, la fragmentación del panorama político con la presencia de al menos 13 candidatos inscritos hasta la fecha ha generado un terreno inestable para las elecciones de 2025, con la falta de estructuras partidarias sólidas y el uso de “partidos en alquiler” para lanzar candidaturas mediáticas, lo que pone en riesgo la credibilidad del proceso electoral.
En medio de un ambiente de polarización, ataques cruzados y noticias falsas, el TSE se enfrenta a una responsabilidad crucial para garantizar un proceso electoral limpio, participativo y justo, que requiere el compromiso y apoyo de todos los poderes del Estado, especialmente de la Asamblea Legislativa, para cumplir con los compromisos asumidos y asegurar el buen desarrollo de las elecciones generales.
El TSE debe superar los desafíos actuales para garantizar un proceso electoral limpio y justo en medio de un panorama político fragmentado y una creciente desinstitucionalización.
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