La organización Médicos Sin Fronteras lucha por mantener sus operaciones en un país azotado por la inseguridad y la emergencia humanitaria. Haití atr
La organización Médicos Sin Fronteras lucha por mantener sus operaciones en un país azotado por la inseguridad y la emergencia humanitaria.
Haití atraviesa una de las crisis más graves de su historia reciente, con la presencia de bandas armadas, violencia extrema y colapso de servicios básicos. En este contexto, Médicos Sin Fronteras se enfrenta a desafíos para brindar atención médica y humanitaria en medio de la violencia que afecta al país.
Haití enfrenta una de las crisis más desgarradoras de su historia reciente, con múltiples regiones sumidas en el caos, especialmente su capital, Puerto Príncipe. Desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse en 2021, el país ha experimentado un rápido deterioro en diversos aspectos, desde la estabilidad institucional hasta la seguridad, la salud pública y la educación.
La presencia de bandas armadas en amplias zonas ha exacerbado la violencia, el desplazamiento de civiles y el colapso de servicios básicos, en medio de una emergencia humanitaria y sanitaria. Médicos Sin Fronteras (MSF), que opera en Haití desde hace más de tres décadas, ha desempeñado un papel crucial en medio de esta crisis. En el año 2024, la organización llevó a cabo más de 72.000 consultas médicas, brindó atención a más de 4.800 sobrevivientes de violencia sexual y realizó alrededor de 7.500 cirugías en hospitales y clínicas móviles en algunas de las áreas más peligrosas del país.
Sin embargo, el deterioro de la seguridad ha golpeado duramente a MSF, cuyo personal ha sido objeto de amenazas, presiones e incluso ataques armados, lo que ha llevado al cierre temporal de algunas de sus instalaciones. En una entrevista, la jefa de misión de MSF en Haití, Diana Manilla, describió cómo la violencia extrema afecta el trabajo diario de los equipos, reconociendo la posibilidad de que la entidad pueda plantearse abandonar el país si la situación empeora.
A pesar de los desafíos, MSF continúa la mayoría de sus actividades en Puerto Príncipe, incluido un hospital permanente en la zona de Cité Soleil, controlada por grupos armados, donde atienden a unas 2.500 personas mensualmente. También operan clínicas móviles que brindan atención en lugares sin servicios de salud, con desplazados internos o bajo control de grupos armados. La organización ha notado un aumento sostenido de casos de violencia sexual desde el año 2021, atendiendo a miles de personas, mayoritariamente mujeres, que han sido víctimas de violencia atroz.
La crisis humanitaria en Haití no se limita a la capital, pero es allí donde se concentra la mayor complejidad debido al control de los grupos armados. MSF ha enfrentado situaciones de peligro constante, destacando los riesgos de secuestros y de balas perdidas que amenazan a su personal haitiano e internacional. Incidentes graves, como el ocurrido en noviembre del año pasado, donde policías dispararon a una ambulancia y ejecutaron a pacientes, ilustran la peligrosa realidad en la que opera la organización.
Ante la inseguridad creciente y los recientes recortes de financiación por parte de Estados Unidos, MSF se ve obligada a evaluar la continuidad de sus operaciones en Haití. La falta de fondos impacta directamente en la capacidad de brindar servicios esenciales, como atención médica y anticonceptiva, en un contexto de crecientes necesidades humanitarias.
En este escenario desafiante, MSF hace un llamado a la comunidad internacional para que responda a la crisis en Haití, destacando la urgencia de apoyo financiero y recursos para hacer frente a las múltiples emergencias que enfrenta el país, desde desplazamientos masivos hasta la precariedad en la salud de mujeres y niñas, y el cierre de la mayoría de las estructuras de salud en Puerto Príncipe. La situación en Haití no solo requiere atención inmediata, sino también un compromiso sostenido para abordar las complejas problemáticas que afectan a la población vulnerable del país caribeño.
Ante la inseguridad creciente y los recortes de financiación, MSF hace un llamado a la comunidad internacional para apoyar sus operaciones en Haití y responder a las múltiples emergencias que enfrenta el país.
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