Descubre cómo Abby Wu ha gastado medio millón de dólares en más de 100 intervenciones para alcanzar la perfección estética en un país obsesionado por
Descubre cómo Abby Wu ha gastado medio millón de dólares en más de 100 intervenciones para alcanzar la perfección estética en un país obsesionado por la belleza.
Abby Wu, una mujer china de 35 años, ha pasado por más de 100 intervenciones de cirugía estética a lo largo de su vida, convirtiéndose en una figura icónica de la obsesión por la belleza en China. Su historia refleja los desafíos físicos y emocionales que enfrentan aquellos que buscan la perfección a cualquier costo.
Abby Wu, una mujer china de 35 años, ha pasado por más de 100 intervenciones de cirugía estética a lo largo de su vida, gastando alrededor de medio millón de dólares en procedimientos para modificar su apariencia física. Su historia comenzó cuando a los 14 años se sometió a su primera cirugía estética, una liposucción para eliminar grasa del vientre y las piernas, tras un cambio drástico en su peso debido a un tratamiento hormonal por una enfermedad.
A lo largo de los años, Abby se ha convertido en copropietaria de una clínica de belleza en el centro de Pekín, convirtiéndose en una de las figuras más reconocidas del auge de la cirugía plástica en China. Sin embargo, a pesar de haber ganado confianza en sí misma y sentirse más feliz, las numerosas intervenciones han tenido un costo físico en su cuerpo.
El auge de la cirugía plástica en China se ha visto impulsado en gran medida por cambios en las actitudes sociales y el aumento de la renta disponible, así como por la influencia de las redes sociales y celebridades que promueven estándares de belleza idealizados. En la actualidad, se estima que alrededor de 20 millones de chinos se someten a procedimientos estéticos cada año, siendo el 80% de los pacientes mujeres con una edad promedio de 25 años.
Sin embargo, esta popularización de la cirugía estética también ha traído consigo un aumento de procedimientos extremos con el objetivo de alcanzar una apariencia hiperfemenina e infantil, influenciada por ideales occidentales, fantasía anime y estética K-Pop. Desde inyecciones de botox detrás de las orejas para inclinarlas hacia adelante hasta cirugías de reducción del labio superior para estrechar la distancia con la nariz, los estándares de belleza en China han evolucionado hacia un ideal irreal y a menudo inhumano.
Además, el auge de las aplicaciones de cirugía estética, como SoYoung y GengMei, que ofrecen análisis algorítmicos de “imperfecciones faciales” y recomiendan clínicas para procedimientos, ha generado preocupaciones sobre la proliferación de clínicas sin licencia y profesionales no cualificados en el país. Esto ha llevado a situaciones alarmantes donde pacientes como Yue Yue han sufrido consecuencias devastadoras debido a operaciones mal realizadas en establecimientos no autorizados.
A pesar de los intentos de regulación por parte de las autoridades chinas, los problemas persisten, con casos como el de la actriz Gao Liu, cuya operación de nariz fallida se hizo viral, demostrando que incluso en clínicas autorizadas pueden ocurrir desastres si los cirujanos no están cualificados adecuadamente.
En un contexto donde la apariencia física se ha convertido en un factor determinante para el éxito profesional, se han documentado casos de explotación en los que se ofrece trabajo a jóvenes vulnerables a cambio de someterse a costosas cirugías realizadas por sus empleadores. Esta dinámica pone de manifiesto los riesgos y abusos presentes en la industria de la cirugía estética en China, que van desde la falta de regulación hasta prácticas engañosas y coercitivas.
En medio de este panorama, Abby Wu y otras personas continúan buscando la perfección estética a través de múltiples intervenciones quirúrgicas, enfrentando desafíos físicos y emocionales en su camino hacia una belleza idealizada. La historia de Abby refleja no solo las transformaciones físicas que ha experimentado, sino también las complejidades y riesgos asociados con la obsesión por la cirugía plástica en la sociedad contemporánea china.
La historia de Abby Wu revela las complejidades y riesgos asociados con la obsesión por la cirugía plástica en China, donde la presión por cumplir con estándares de belleza idealizados puede llevar a situaciones extremas y peligrosas.
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