La cepa Tannat, reconocida como la más cultivada en Bolivia, hizo su debut en el mundo de la vinificación el 10 de noviembre de 1999, en la finca “El
La cepa Tannat, reconocida como la más cultivada en Bolivia, hizo su debut en el mundo de la vinificación el 10 de noviembre de 1999, en la finca “El Origen”, situada en Santa Ana La Nueva, Tarija. Este acontecimiento marcó el inicio de una nueva etapa para la viticultura boliviana, gracias a la iniciativa de Milton Castellanos y su equipo, quienes fueron pioneros en la siembra de esta variedad en el país.
Con motivo de los 25 años desde aquella primera plantación, Milcast Corp SRL y su marca Aranjuez celebraron un acto conmemorativo el 11 de diciembre, donde se entregó un Certificado de Reconocimiento y una Placa Conmemorativa en el mismo lugar donde todo comenzó. El evento reunió a diversas autoridades, incluyendo concejales y representantes del sector empresarial, quienes reconocieron la importancia de este hito en la historia vitivinícola del país.
Mauricio Hoyos, gerente general de Vinos Aranjuez, destacó el impacto positivo de la Tannat en la región, subrayando que esta cepa ha encontrado en Tarija un entorno propicio para su desarrollo, lo que ha permitido que su fama trascienda las fronteras locales. Según él, la Tannat se ha convertido en un patrimonio no solo de Tarija, sino de toda Bolivia, contribuyendo a la economía y cultura de la región.
Ramón Castellanos, presidente de Milcast Corp SRL, recordó los inicios de su proyecto, cuando la finca era solo un terreno con unas pocas hectáreas de alfalfa. Agradeció la labor de su equipo, en especial a aquellos que han trabajado en la adaptación de la Tannat a las condiciones climáticas de Tarija, lo que ha sido crucial para su éxito.
El espíritu innovador de la empresa se refleja en su expansión a otras regiones, donde han comenzado a cultivar nuevas variedades de uva. Castellanos mencionó el desarrollo de un vino a partir de la uva moscatel en Chaguaya, así como la introducción de la Zinfandel, que promete cumplir con altos estándares de calidad.
Sin embargo, el camino hacia el crecimiento de la industria vitivinícola no está exento de desafíos. Autoridades locales han expresado su preocupación por asentamientos ilegales que amenazan las tierras vitivinícolas, y están trabajando para que estas áreas sean reconocidas como patrimonio cultural. Además, se ha planteado la necesidad de mejorar las condiciones comerciales para los exportadores bolivianos, haciendo hincapié en la importancia de reducir aranceles para competir en el mercado internacional.
La Tannat, originaria de la región de Madiran en Francia, ha encontrado en Bolivia un lugar donde ha evolucionado, ofreciendo versiones únicas que reflejan el terroir local. Desde su llegada a Sudamérica en el siglo XIX, la cepa ha ganado popularidad, y en 2013, Aranjuez obtuvo la primera medalla Gran Oro en el concurso “Tannat al mundo”, consolidando la reputación de Bolivia en el ámbito vitivinícola.
Hoy en día, la Tannat no solo ha incrementado la producción en comunidades rurales, sino que también ha impulsado el enoturismo y la comercialización de productos de alta gama, posicionando a Bolivia en el mapa global del vino
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