Carniceros de Santa Cruz: Paro Indefinido y Aumento de Precios
Los carniceros de Santa Cruz han iniciado un paro que se prolongará hasta el 6 de octubre de 2024, como respuesta al notable aumento en el precio del kilo gancho de carne, que ha escalado de 21 a 28 bolivianos. Este incremento ha tenido un impacto considerable tanto en los vendedores como en los consumidores, elevando el costo del kilo de carne de primera a 48 bolivianos, un aumento respecto a los 38 bolivianos que se manejaban anteriormente.
El Sindicato Gremial de Carniceros, junto a otras organizaciones del sector, ha decidido suspender la venta de carne durante este periodo, protestando por la subida de precios, que atribuyen a los productores y a la falta de regulación gubernamental.
La situación ha generado inquietud entre los mercados y las familias de Santa Cruz, muchas de las cuales dependen de la carne como un alimento básico en su dieta. El sector de la gastronomía también se verá afectado, ya que se anticipa un aumento en los precios de los menús en restaurantes y otros establecimientos debido a la escalada de costos.
Este viernes, un recorrido por los principales mercados de Santa Cruz, como el antiguo Abasto, El Trompillo, Los Pozos y Mutualista, reveló que no había venta de carne, en cumplimiento de la medida adoptada por los carniceros. En los puestos, se podían ver carteles que manifestaban el descontento de los comerciantes, con mensajes claros como Estamos en paro y No habrá venta de carnes.
Ante la falta de carne en los mercados, muchas amas de casa se han dirigido a los supermercados en busca de este alimento esencial. Hipermaxi, Fidalga e Ice Norte se han convertido en opciones populares para quienes buscan abastecerse tras el cierre de los mercados tradicionales. Sin embargo, las amas de casa han señalado que los precios en los supermercados son significativamente más altos que en los mercados, lo que ha llevado a algunas a optar por carne de segunda, que aunque más asequible, también ha visto un aumento en su costo. Como resultado, muchas familias han comenzado a racionar su compra, adquiriendo solo medio kilo en lugar de uno completo.
El paro también ha tenido eco en las provincias. En Montero, el mercado Germán Moreno, el principal centro de abasto del municipio, se sumó a la medida, con los puestos de carne vacíos. Johnny Alvarado, un líder del sector carnicero, ha expresado la necesidad de mantener el precio del kilo gancho, que ha llegado a costar entre 24 y 26 bolivianos, dificultando la venta sin incurrir en pérdidas.
Alvarado destacó que el precio de la carne de primera, que antes se vendía a 38 bolivianos, tendría que elevarse a 45 bolivianos para que los comerciantes pudieran obtener alguna ganancia. También mencionó que los frialeros no pueden seguir absorbiendo los aumentos sin repercutirlos en el consumidor, lo que afecta el presupuesto de la población. A pesar de las reuniones mantenidas con autoridades y representantes de la Defensoría del Consumidor, no se ha logrado encontrar una solución, ya que muchos de los comercializadores responsables del aumento de precios no han asistido a estas convocatorias, complicando así la posibilidad de llegar a un acuerdo
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