Bolivia derrota a Brasil con garra y se acerca al Mundial 2026

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Bolivia derrota a Brasil con garra y se acerca al Mundial 2026

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En un encuentro cargado de dramatismo y con el futuro mundialista pendiendo de un hilo, la selección boliviana logró una victoria crucial ante un comb

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En un encuentro cargado de dramatismo y con el futuro mundialista pendiendo de un hilo, la selección boliviana logró una victoria crucial ante un combinado brasileño ya clasificado. El triunfo, vital para mantener viva la aspiración de participar en la Copa Mundial de 2026, se gestó en un ambiente de alta tensión, donde la determinación superó la complejidad de enfrentar a una potencia futbolística.

El único tanto del partido llegó en los instantes finales de la primera mitad. Tras una revisión del sistema de videoarbitraje, se concedió un penal a favor del equipo local por una falta cometida sobre Roberto Carlos Fernández. Miguelito Terceros fue el encargado de ejecutar la pena máxima, enviando el balón al costado izquierdo de la portería. Aunque el guardameta brasileño intuyó la dirección, no logró desviar el potente disparo, desatando la euforia en el estadio.

Desde el pitido inicial del árbitro chileno, el conjunto altiplánico desplegó un juego intenso y lleno de nerviosismo. La presión era inmensa, no solo por la necesidad de ganar, sino también por el desenlace del partido paralelo entre Colombia y Venezuela. La fortuna sonrió a los bolivianos, ya que el equipo cafetero cumplió su parte al imponerse por seis goles a tres sobre los llaneros, brindando un respiro fundamental para las aspiraciones mundialistas.

La estrategia de la escuadra visitante, dirigida por el experimentado técnico europeo, se caracterizó por una postura conservadora desde el arranque. La reconocida influencia de la altitud, un factor que sin duda había sido considerado en la planificación previa, pareció dictar un enfoque precavido para el equipo pentacampeón, que optó por esperar y contener los ataques.

En contraste, el estratega boliviano dispuso de sus mejores elementos, privilegiando a jugadores familiarizados con las condiciones del estadio alteño. La juventud y el dinamismo fueron clave: Moisés Paniagua se erigió en un incansable batallador, desgastando a la defensa rival con su constante movimiento. Por la banda derecha, Terceros generó peligro con sus arranques y regates, mientras que Enzo Monteiro realizó un sobresaliente trabajo en la zona central y por la izquierda, pivoteando y creando espacios. La energía de este trío juvenil resultó decisiva para desequilibrar a los sudamericanos.

En la retaguardia, Carlos Lampe brindó seguridad bajo los tres palos. Su intervención más destacada en la primera mitad fue un potente remate de Luis Enrique desde la derecha, que el portero nacional despejó con solvencia. Durante este período, los jugadores Haquin, Terceros, Robson, Roberto Carlos Fernández y Monteiro, mantuvieron en constante alerta al arquero Alisson.

En la segunda mitad, el cuerpo técnico brasileño intentó revitalizar a su equipo con una serie de cuatro sustituciones simultáneas, introduciendo a figuras como Marquinhos, Raphinha, Estêvão y João Pedro. Estos cambios aportaron algo de frescura al ataque de la Canarinha, pero no fueron suficientes para revertir el marcador.

El equipo boliviano también tuvo oportunidades para ampliar su ventaja. Robson Matheus probó con un disparo de larga distancia en el minuto setenta, pero Alisson volvió a demostrar su calidad. Minutos más tarde, el portero brasileño realizó una atajada casi milagrosa a un cabezazo de Carmelo Algarañaz, quien había ingresado recientemente, negándole el segundo tanto a los locales en el minuto ochenta y seis. A pesar de la presión final del conjunto brasileño, que intensificó sus ataques en los últimos minutos, la defensa boliviana se mantuvo firme.

Tras el silbato final, el estadio estalló en un clamor de alegría. Los jugadores se fundieron en abrazos y las lágrimas de emoción brotaron en el campo de juego. El cuerpo técnico se unió a la celebración, conscientes de la magnitud de esta victoria. Bolivia se encuentra ahora a las puertas de regresar a una Copa Mundial después de treinta y dos años.

El siguiente paso para asegurar un cupo en el Mundial de 2026 será un hexagonal intercontinental, programado para marzo de 2026 en México. En esta fase, el equipo boliviano se enfrentará a otras cinco selecciones: una de África, una de Asia, otra de Oceanía y dos de la Concacaf. Las dos primeras clasificadas obtendrán su boleto directo a la máxima cita del fútbol mundial

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