El Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario expone las consecuencias de décadas de dependencia del gas en Bolivia. El informe del CEDL
El Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario expone las consecuencias de décadas de dependencia del gas en Bolivia.
El informe del CEDLA revela cómo la crisis económica y social en Bolivia es resultado de un modelo rentista basado en la explotación de recursos naturales, sin lograr una diversificación productiva sostenible.
La crisis económica y social que atraviesa Bolivia no es simplemente una situación coyuntural, sino más bien el resultado de décadas de dependencia de un modelo rentista que se ha apoyado en la explotación de recursos naturales, particularmente el gas. Así lo expone el Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA) en su último informe de políticas públicas, titulado “Modelo rentista, crisis y pobreza multidimensional urbana en Bolivia”.
Según el análisis del CEDLA, durante los últimos 20 años, el país ha estado inmerso en un esquema económico que se ha centrado en la apropiación estatal de los excedentes generados por el gas natural, sin lograr traducirlos en un proceso sostenible de industrialización o diversificación productiva. A pesar de la llamada “nacionalización” de los hidrocarburos, el informe sostiene que esta medida no logró romper con la lógica extractiva, sino que más bien la profundizó, consolidando un patrón de acumulación primario-exportador.
La crisis fiscal, el aumento de la deuda pública y la disminución de las reservas internacionales no son eventos aislados, según el CEDLA, sino indicadores del agotamiento del ciclo rentista del gas. Este modelo ha priorizado el sostenimiento del consumo y la clientela política en lugar de impulsar transformaciones económicas profundas y significativas.
En términos de beneficiarios, el informe apunta que este modelo rentista ha perpetuado desigualdades estructurales y ha debilitado el tejido productivo nacional, favoreciendo principalmente a sectores con acceso privilegiado a los recursos estatales, como élites económicas, sindicatos corporativos y redes informales de poder. En lo que respecta al ámbito laboral, el empleo generado por este modelo ha sido mayormente precario, informal o subsidiado, sin lograr impactar de manera sostenible en la reducción de la pobreza estructural.
El CEDLA advierte que Bolivia se encuentra ante el agotamiento de su ciclo de gas, con reservas en declive, contratos de exportación disminuyendo y una economía interna cada vez más expuesta a déficits energéticos y fiscales. Ante este escenario, se plantea la urgencia de abrir un debate profundo sobre la superación del rentismo y la construcción de un modelo económico basado en la producción, el empleo digno y la sostenibilidad social y ambiental.
En resumen, el informe del CEDLA pone de manifiesto la necesidad de replantear el rumbo económico de Bolivia y de buscar alternativas que permitan diversificar la base productiva, generar empleo de calidad y promover un desarrollo sostenible que atienda las necesidades de la población de manera equitativa y perdurable en el tiempo.
El agotamiento del ciclo rentista del gas en Bolivia ha generado desigualdades estructurales y precarización laboral, evidenciando la necesidad de un cambio hacia un modelo económico más sostenible y equitativo.
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