En el corazón del Estadio Olímpico de la capital japonesa, la delegación boliviana tuvo una única protagonista en el Campeonato Mundial de Atletismo:
En el corazón del Estadio Olímpico de la capital japonesa, la delegación boliviana tuvo una única protagonista en el Campeonato Mundial de Atletismo: Alinny Delgadillo Silva. La velocista, reconocida por ostentar el récord nacional absoluto y ser la actual campeona de los 200 metros planos en su país, aseguró su participación en este prestigioso evento gracias a un cupo de universalidad otorgado por la organización global de atletismo, World Athletics.
En la tercera serie eliminatoria de su especialidad, Delgadillo se enfrentó a un grupo formidable de competidoras de élite mundial, que incluía a la jamaiquina Ashanti Moore, la estadounidense McKenzie Long y la alemana Sophia Junk. Tras un esfuerzo considerable, la atleta boliviana cruzó la meta con un tiempo de 25.13 segundos, lo que la ubicó en la séptima posición dentro de su manga. Este registro la dejó en el cuadragésimo séptimo lugar de la clasificación general, un puesto que no le permitió avanzar a las semifinales, etapa a la que solo accedían las veinticuatro atletas más rápidas.
Aunque el tiempo obtenido en Tokio no se aproximó a su mejor marca de la temporada, establecida en 23.91 segundos, la actuación de la atleta boliviana fue un claro testimonio de su inquebrantable dedicación, disciplina y espíritu competitivo. Al vestir los colores de su nación en el evento de atletismo de mayor envergadura a nivel global, Delgadillo demostró un orgullo palpable y un compromiso inquebrantable. Su presencia en un escenario de tal magnitud subraya la persistencia de Bolivia en el ámbito deportivo internacional, sirviendo de inspiración y reafirmando la constancia de sus atletas en los desafíos más exigentes del deporte mundial
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