Un análisis reciente sobre la provisión de alimentos en diversas instituciones de asistencia social y salud pública ha revelado que, si bien el sumini
Un análisis reciente sobre la provisión de alimentos en diversas instituciones de asistencia social y salud pública ha revelado que, si bien el suministro general se mantiene en la mayoría de los centros y hospitales examinados, persisten significativas limitaciones presupuestarias. Estas restricciones se atribuyen principalmente al encarecimiento de productos básicos, un factor que impacta directamente la capacidad de compra de las entidades. La evaluación abarcó hogares de acogida para menores, residencias de larga estadía para adultos mayores y hospitales públicos en las ciudades de Cochabamba, Oruro, Potosí y Llallagua.
En el caso de los establecimientos para la infancia y adolescencia, cuatro de los seis centros visitados indicaron que sus fondos actuales no son suficientes para cubrir las necesidades alimentarias en los volúmenes requeridos. Esta situación persiste a pesar de los ajustes presupuestarios implementados y las gestiones adicionales realizadas por estas instituciones.
Respecto a las personas adultas mayores, la situación en el Hogar San José de Cochabamba genera particular inquietud. Allí, la escasez de recursos y la deficiente calidad de los víveres podrían estar provocando episodios de desnutrición y afectaciones sanitarias entre sus residentes.
En los hospitales públicos, la mayoría reporta una regularidad en el suministro de raciones. Sin embargo, dos de ellos operan con existencias alimentarias precarias, mientras que el Hospital San Juan de Dios de Oruro ha declarado carecer de los recursos económicos necesarios para asegurar una nutrición apropiada para todos sus pacientes.
Una segunda evaluación, llevada a cabo el 29 de agosto en un escenario posterior a periodos de inestabilidad, ratificó la persistencia de dificultades en la compra de insumos para la preparación de alimentos, impulsadas por el continuo aumento de precios. No obstante, se observaron variaciones en la situación comparada con el mes de junio de este mismo año.
Para los centros de acogida de menores, los indicadores muestran una mejora en la disponibilidad de existencias de productos, pasando de un 29% con reservas consideradas normales en junio a un 67% en agosto. Asimismo, se incrementó la proporción de instituciones que reportan una solvencia presupuestaria adecuada, del 14% al 33%.
En contraste, las residencias para adultos mayores experimentaron un retroceso en el estado de sus reservas, descendiendo del 40% con existencias normales en junio a un 25% en agosto. A pesar de ello, la percepción de suficiencia financiera mostró una evolución favorable, pasando del 20% al 75%.
Finalmente, los hospitales públicos reportaron una mejora sustancial en sus reservas, que alcanzaron un 71% de normalidad en agosto frente al 29% en junio. La percepción de suficiencia presupuestaria también mejoró notablemente, del 57% al 86%.
Estos resultados dibujan un panorama de progresos en ciertos ámbitos, contrastado con retrocesos que demandan una intervención urgente de las autoridades competentes para garantizar el bienestar de las poblaciones más vulnerables
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