En los Estados Unidos, el proceso electoral presenta características únicas, una de las más notables es la elección de sus líderes, que se lleva a cab
En los Estados Unidos, el proceso electoral presenta características únicas, una de las más notables es la elección de sus líderes, que se lleva a cabo el primer martes después del primer lunes de noviembre. Este año, la contienda se centra en la reelección de Kamala Harris frente a Donald Trump. A diferencia de muchos países de América Latina, donde las votaciones se realizan en domingo, en EE.UU. esta tradición tiene sus raíces en el siglo XIX.
La elección de esta fecha no fue arbitraria; en 1845, el Congreso estadounidense estableció el primer martes de noviembre como el día oficial para las elecciones, buscando una solución a la falta de un marco legal claro sobre el tema. En aquel entonces, la mayor parte de la población residía en áreas rurales y dependía de los carruajes de caballos para trasladarse a los centros de votación, situados en las capitales de los condados. El domingo se descartó por ser el día de culto para muchos, mientras que el lunes era considerado impráctico, ya que los votantes necesitarían el domingo para viajar. Los miércoles se reservaban para los mercados agrícolas, lo que dejaba al martes como la opción más viable.
A pesar de que esta decisión fue lógica en su contexto histórico, hoy en día muchos consideran que ya no tiene sentido. Steve Israel, exmiembro del Congreso, ha señalado que cambiar la fecha de las elecciones a un fin de semana podría aumentar la participación ciudadana, ya que el martes es un día laborable que a menudo dificulta que las personas ejerzan su derecho al voto. Israel ha intentado sin éxito promover esta idea a lo largo de su carrera política.
La organización ¿Por qué el martes? se ha sumado a esta causa, buscando generar conciencia sobre la necesidad de un cambio. Un estudio del Centro de Investigaciones Pew reveló que la falta de tiempo para votar, debido a las obligaciones laborales, es una de las principales razones de la baja participación electoral en EE.UU. El comediante Chris Rock, en un comentario humorístico, cuestionó por qué las elecciones se celebran en un día tan poco conveniente, sugiriendo que la elección de un martes en noviembre no favorece la participación.
Históricamente, este sistema ha beneficiado al Partido Republicano, ya que aquellos con más recursos y tiempo suelen ser quienes acuden a las urnas. Sin embargo, la pandemia de COVID-19 trajo consigo un cambio significativo en la dinámica electoral. Las restricciones de movilidad llevaron a la implementación de medidas que facilitaron el voto, como el aumento del voto por correo y la creación de jornadas de votación anticipada. Desde 2020, se aprobaron numerosas leyes en varios estados que ampliaron el acceso a las urnas, lo que resultó en niveles de participación electoral no vistos en décadas.
A pesar de estos avances, algunos estados han comenzado a implementar leyes que restringen el derecho al voto, lo que ha generado preocupación sobre el acceso a las elecciones. Texas, por ejemplo, ha introducido requisitos que dificultan el voto por correo, afectando especialmente a los jóvenes y a aquellos que no cuentan con documentos específicos.
Los expertos coinciden en que el verdadero desafío no radica en si las elecciones deberían celebrarse un martes o en un fin de semana, sino en las barreras que se han impuesto para ejercer el derecho al voto. La clave, según los analistas, es continuar expandiendo el acceso al voto anticipado y por correo, garantizando así una democracia más participativa y accesible para todos los ciudadanos
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