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El cultivo de uva en el valle central de Tarija enfrenta un aumento significativo en sus costos de producción debido a la escalada de precios de insumos esenciales, muchos de los cuales son importados. José Luis Sánchez Caro, representante de la cadena productiva de uva, vino y singani, destacó que esta situación es preocupante, especialmente porque la escasez de dólares en Bolivia ha complicado aún más la adquisición de estos productos.
Sánchez Caro señaló que más del 90% de los insumos necesarios para la producción de vid provienen del extranjero. En este contexto, los viticultores están en plena preparación de sus viñedos, realizando tratamientos preventivos contra hongos. Sin embargo, el costo de los insumos ha aumentado drásticamente; un kilo de base para estos tratamientos, que antes costaba entre 200 y 400 bolivianos, ahora alcanza los 1.000 bolivianos. Esta situación se agrava porque los precios son fijados por proveedores de Argentina y Brasil.
Los productores son conscientes de que el aumento de precios impactará su producción, sobre todo con la llegada de la temporada de lluvias, que requiere tratamientos más frecuentes para evitar daños en la uva. Se estima que necesitarán estos insumos al menos hasta marzo. En respuesta a la crisis, los viticultores se han reunido con proveedores de agroquímicos en busca de alternativas más económicas, aunque estas opciones pueden no ser suficientes para mitigar el impacto.
La situación se complica aún más por la escasez de diésel y gasolina, lo que ha llevado a los productores a depender más de mano de obra, un cambio que no solo incrementa los costos, sino que también ha resultado en una escasez de trabajadores disponibles. El aumento en el salario de los jornales es otra carga que se suma a los gastos operativos.
Además, se ha reportado que un 40% de las bodegas no adquirieron uva en la última temporada, lo que deja en incertidumbre el futuro de las compras y los precios. La fijación de precios en el mercado se ha vuelto un factor determinante que escapa al control de los productores.
Luis Alfaro Arias, exdirigente campesino, también ha señalado que el incremento en los precios de los insumos agrícolas está relacionado con el aumento del dólar, lo que repercute en todos los sectores, incluidos los viticultores.
Por otro lado, la amenaza de granizadas representa otro desafío para los productores, quienes temen que este fenómeno natural afecte nuevamente sus cultivos, como ocurrió el año pasado con el 30% de los viñateros. A pesar de las preocupaciones, el proyecto de radar meteorológico que podría ayudar a prever estas situaciones no ha avanzado. Ante la falta de apoyo efectivo, algunos productores han recurrido a soluciones improvisadas, como la compra de “bombitas de fiesta” para intentar ahuyentar el granizo, reflejando la frustración con las respuestas de las autoridades
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