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La autoridad económica del país ha desestimado recientemente las afirmaciones que sugieren una crítica situación económica nacional, enfatizando en cambio los progresos sustanciales y la estabilidad observada en diversos sectores productivos. Se ha subrayado que la narrativa de una economía en su peor momento no se corresponde con la realidad de los indicadores actuales.
En el ámbito de la inversión pública, se ha reportado un desembolso de 232 millones de dólares destinados a los sectores de industria y turismo durante el año en curso. Paralelamente, los programas de asistencia social, como el Bono Juancito Pinto y la Renta Dignidad, han extendido su alcance a 3.7 millones de beneficiarios.
En cuanto a la situación financiera del país, el nivel de endeudamiento externo ha experimentado una disminución, situándose en el 23.1% respecto al Producto Interno Bruto. El sistema financiero nacional, por su parte, ha mostrado un crecimiento notable tanto en su cartera de créditos como en los depósitos. Adicionalmente, se ha fortalecido el capital humano en servicios esenciales con la creación de 10,000 nuevas plazas laborales en el sector educativo y 9,000 en el ámbito de la salud.
Estas cifras se complementan con la implementación exitosa de diversas estrategias gubernamentales desde el inicio de la actual administración. Entre ellas, destacan el crédito SIBOLIVIA, diseñado para impulsar la capacidad productiva nacional; el Impuesto a las Grandes Fortunas (IGF), y la plataforma Hecho en Bolivia, orientada a promover la producción local.
Se ha recordado que la economía nacional inició un proceso de recuperación en 2021, tras asumir el gobierno en noviembre de 2020 en un contexto adverso marcado por la pandemia de Covid-19. A pesar de un escenario internacional complejo en 2022, caracterizado por tensiones geopolíticas, el crecimiento económico se mantuvo. Sin embargo, desde entonces, el país ha enfrentado obstáculos significativos, incluyendo interrupciones viales y la paralización de iniciativas legislativas por parte de ciertos sectores políticos, a lo que se sumaron los impactos de fenómenos meteorológicos.
Las interrupciones en las vías de comunicación han generado pérdidas económicas que superan los 5,000 millones de dólares durante el periodo de la actual gestión. Asimismo, se ha señalado que financiamiento internacional por un monto de al menos 1,638 millones de dólares, destinado a diversos proyectos de desarrollo, ha permanecido retenido en el órgano legislativo.
A pesar de la convergencia de estos factores que generaron un ambiente de desafíos económicos, se implementaron medidas de respuesta para preservar la estabilidad. Ante la inminente transición de autoridades y enfoques, se ha expresado la esperanza de que las políticas de índole social mantengan su continuidad
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