Triple feminicidio en Argentina conmueve y alerta a Bolivia casos de violencia de género

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Triple feminicidio en Argentina conmueve y alerta a Bolivia casos de violencia de género

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Un brutal caso de feminicidio múltiple en Argentina ha generado una profunda conmoción pública en la región, extendiendo la alerta hasta Bolivia. La d

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Un brutal caso de feminicidio múltiple en Argentina ha generado una profunda conmoción pública en la región, extendiendo la alerta hasta Bolivia. La división de Interpol en Bolivia ha activado sus protocolos de búsqueda para localizar a los principales responsables, ante la posibilidad de que intenten evadir la justicia cruzando la frontera hacia territorio boliviano.

Se han emitido directrices específicas a las oficinas regionales de Yacuiba y Bermejo, complementadas con operativos en Tarija, Villazón y los principales puntos de control vial. Estas acciones buscan interceptar a los prófugos, identificados como Matías Agustín Ozorio, de 28 años, y Tony Janzen Valverde, de 20 años, conocido por el alias de Pequeño J. Este último es señalado como el líder de una organización criminal de origen peruano dedicada al narcotráfico, directamente vinculada con el asesinato de tres jóvenes en Buenos Aires. Ambos individuos están sujetos a una notificación roja internacional y son considerados de extrema peligrosidad.

La cooperación transfronteriza se intensificó tras la detención de otro implicado, Lázaro Víctor Sotacuro, de nacionalidad peruana, en un hostal de Villazón, Potosí. El hombre había ingresado al país por un paso no habilitado desde La Quiaca. Sotacuro fue entregado a las autoridades argentinas y actualmente se encuentra recluido en el penal de Ezeiza. Su captura proporcionó indicios cruciales, incluyendo una mordedura en el brazo que podría establecer un vínculo con las víctimas.

La tragedia se desencadenó en Florencio Varela, al sur de la capital argentina. Las jóvenes Brenda del Castillo y Morena Verdi, ambas de 20 años, junto con Lara Gutiérrez, de 15, fueron las víctimas. La reconstrucción de los eventos indica que las tres fueron engañadas con una falsa propuesta de 300 dólares para asistir a una supuesta fiesta el 19 de septiembre, cayendo en una trampa orquestada por la red delictiva.

Cámaras de seguridad registraron a las jóvenes abordando una camioneta blanca en La Matanza, momento a partir del cual se perdió su rastro. Sus familias denunciaron la desaparición al día siguiente, difundiendo sus imágenes en redes sociales. El rastreo de sus teléfonos móviles condujo a la policía hasta una vivienda en Florencio Varela. Al ingresar, los agentes encontraron a dos personas limpiando manchas de sangre y un intenso olor a cloro. Un día después, los cuerpos fueron descubiertos enterrados en el jardín de la propiedad.

La brutalidad de los crímenes ha conmocionado profundamente a la sociedad argentina. Las jóvenes fueron sometidas a torturas y asesinadas mientras la banda transmitía en vivo su agonía a través de redes sociales, como una macabra advertencia: “Esto les pasa a los que me roban droga”. Se ha confirmado que alrededor de 45 personas presenciaron la transmisión en una cuenta de Instagram asociada al grupo criminal.

Los resultados de la autopsia revelaron un escenario de horror: a Lara le amputaron dedos de la mano y le provocaron quemaduras; Brenda falleció a causa de una fractura de cráneo y cortes profundos en el cuello; Morena sufrió golpes y lesiones cervicales. Todas las víctimas perdieron la vida la misma noche de su desaparición.

El triple crimen ha desatado una ola de indignación masiva en Argentina. Miles de ciudadanos han marchado en Buenos Aires y otras ciudades, exigiendo justicia en manifestaciones organizadas por colectivos feministas. Los familiares de las víctimas, sumidos en el dolor, han clamado por el castigo ejemplar de los responsables.

Las autoridades argentinas han logrado la detención de más de una docena de individuos, incluyendo cómplices que intentaron limpiar la escena del crimen. Sin embargo, el presunto autor intelectual, alias Pequeño J, continúa prófugo. La policía lo describe como un narcotraficante sanguinario que ha escalado rápidamente en la estructura criminal y cuya búsqueda ahora se extiende con gran intensidad en Bolivia

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