Mbappé y Vinícius lideran espectacular remontada del Real Madrid en el Bernabéu

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Mbappé y Vinícius lideran espectacular remontada del Real Madrid en el Bernabéu

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El Santiago Bernabéu fue testigo de una noche europea cargada de emoción, donde la resiliencia del Real Madrid se impuso en un vibrante encuentro. Dos

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El Santiago Bernabéu fue testigo de una noche europea cargada de emoción, donde la resiliencia del Real Madrid se impuso en un vibrante encuentro. Dos lanzamientos desde el punto penal, magistralmente ejecutados por Kylian Mbappé, sellaron una remontada que encendió la esperanza de la afición, a pesar de las dificultades enfrentadas. El equipo, que exhibió un notable desempeño en la primera mitad, se vio nuevamente con la obligación de luchar en inferioridad numérica, por segunda vez consecutiva, tras la expulsión de Dani Carvajal, hallando en la entrada de Vinícius Júnior el revulsivo necesario.

El ambiente en el Bernabéu reflejaba el orgullo por la nueva identidad del Real Madrid. Un conjunto ofensivo, aunque con aspectos defensivos aún por perfeccionar, que se distingue por su incansable presión en campo contrario, generando transiciones rápidas y disparos constantes. En el acto inicial, se registraron dieciocho intentos, once de ellos dirigidos a puerta. Este equipo, que en ocasiones experimenta un descenso de rendimiento en las segundas partes, empieza a trasladar al campo de juego la intensidad de sus entrenamientos, conectando de forma palpable con la grada en esta primera cita europea bajo la dirección de Xabi Alonso.

La gestión de Xabi Alonso ha puesto de manifiesto no solo una mayor profundidad táctica, sino también una marcada personalidad. La era de los puestos garantizados por mera reputación ha llegado a su fin; en su Real Madrid, solo jugará quien demuestre merecerlo. Esta filosofía se evidenció con la suplencia de Vinícius, una decisión inédita en los cuatro años previos del brasileño. Fue su primera suplencia en un partido de la Liga de Campeones con el nuevo técnico, y la segunda en el curso, tras haber sido sustituido en sus tres titularidades. El mensaje del entrenador no podría ser más claro.

La competencia por la posición en el extremo izquierdo del ataque entre Vinícius y Rodrygo podría catalizar una mejora en el rendimiento de ambas estrellas, pero también plantea un desafío en la dinámica del vestuario. Será una situación que Xabi Alonso deberá manejar con astucia, aunque la respuesta obtenida de sus jugadores tras los cambios fue la deseada: diez futbolistas de campo comprometidos, ejerciendo una presión alta como pocas veces se ha visto en el Bernabéu.

Un líder indiscutible, Mbappé, rozó el gol con una chilena apenas iniciado el partido, rebosante de confianza. Su presencia en el campo transmite la sensación de que algo extraordinario puede ocurrir en cada contacto con el balón, una cualidad que ha cautivado al mundo del fútbol. La defensa del Marsella, de reciente construcción, mostró signos de nerviosismo en varios momentos, como en un saque de puerta surrealista de Rulli, que estuvo a punto de convertirse en autogol por un mal control.

En contraste, la personalidad con el balón y la verticalidad del Marsella resultaron difíciles de contener para la zaga madridista. El equipo francés perdió a Alexander-Arnold por una lesión muscular al comienzo del encuentro. Weah, aprovechando la frialdad inicial de Carvajal y la falta de apoyos defensivos, desbordó hacia el centro y su disparo impactó en el travesaño, sirviendo de aviso a Courtois.

Ni este aviso ni el gol posterior, que colocó al Real Madrid en desventaja, alteraron la determinación del equipo blanco. Rodrygo, con el deseo de recuperar su estatus, encaraba a los defensores con habilidad. Mastantuono, en su presentación en el fútbol europeo, mostró una garra inquebrantable en cada acción. En una jugada más impulsada por la insistencia que por la técnica, su remate se estrelló en el poste. El dinamismo del equipo de Xabi Alonso era tal que todos buscaban su oportunidad: Rodrygo tras un pase de Carreras, Mbappé después de un giro y un quiebro. Rulli, el guardameta rival, respondía con seguridad.

El Real Madrid, hambriento de gol y con nueve remates hasta ese momento, merecía la ventaja cuando un error de Güler, en su nueva posición, permitió al Marsella adelantarse. Una pérdida de balón por blandura sorprendió a la defensa descolocada, y Greenwood rompió por el centro para que Weah definiera con precisión.

El Marsella, consciente de la falta de acierto madridista en la finalización, aceptó el intercambio de golpes. La presión alta del Real Madrid dejaba espacios en la retaguardia, y Weah se convirtió en una constante amenaza. Courtois desvió un potente disparo lejano. Sin apenas respiro, segundos después, Rodrygo desbordó a dos defensores con amagos y fue derribado por Kondogbia. El claro penal fue transformado por Mbappé, sumando su quinto gol en cinco partidos de la temporada.

La esperada remontada europea en el Bernabéu se hizo rogar. A pesar de que el Real Madrid la buscó con ahínco, el calor de una noche de treinta grados con el techo cerrado fue mermando el aliento de los jugadores. El balón circulaba con rapidez, con Mastantuono asociándose con todos. Tras una combinación entre Rodrygo y Mbappé, el joven argentino se encontró frente a Rulli, pero la impaciencia le jugó una mala pasada en la definición. Un fallo al cierre de la primera parte, un regalo de Mbappé que lo dejó solo ante la portería, se le pasaría por la cabeza toda la noche; el miedo a fallar le hizo asegurar y se topó con Rulli.

El error de Güler mermó su confianza en la construcción del juego, acumulando nueve pérdidas de balón. Fede Valverde tampoco encontró su mejor versión, con más despliegue físico que aportación con el esférico. En contraste, la figura de Tchouaméni no deja de crecer, destacando en la destrucción del juego y la recuperación de balones, incluso buscando el gol con un disparo que Rulli desvió con una gran estirada. La solidez defensiva que el equipo había ganado en la liga, fruto de la reconstrucción de Xabi Alonso, se vio comprometida por errores individuales. Militao, con poca contundencia, no logró contener a Aubameyang, cuyo disparo se estrelló en el lateral de la red.

Mantener la intensidad del primer tiempo era una tarea imposible. Con menos esfuerzo, el Real Madrid debía encontrar la puntería. Nuevamente, Mbappé rondó el gol al inicio de la segunda mitad, y Mastantuono, con tanta voluntad como desacierto en la definición, fueron los primeros protagonistas.

El equipo pedía aire, el ritmo de juego disminuía, y una nueva amenaza de Aubameyang, que probablemente soñará con Courtois, se cernía sobre la portería blanca. Justo cuando Xabi Alonso ya había dado entrada a Vinícius para que se reivindicara, se produjo una acción impropia de la experiencia de Carvajal. El capitán, en un pique con Rulli, buscó la cabeza del rival y cayó en la trampa con un gesto imprudente. El VAR alertó al colegiado. Era el minuto setenta y uno. Si el Real Madrid quería ganar, debía hacerlo, por segundo partido consecutivo, con diez hombres.

Y fue entonces cuando apareció Vinícius. Perdonó la primera oportunidad que él mismo se fabricó, pero en la segunda sacó oro de una mano de un defensor, Medina, que se lanzó para interceptarlo. La jugada, discutida por el Marsella, fue aprovechada por Mbappé para firmar el segundo penal. Con la remontada en el marcador, tocaba cerrar el partido defendiendo y confiando en Courtois, quien tenía reservada una nueva parada salvadora, esta vez a Greenwood, para certificar el triunfo en el primer paso de la búsqueda de la decimosexta corona europea

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