La escena política ha sido testigo de un agudo intercambio de declaraciones entre el senador electo Branko Marinkovic, de la alianza Libre, y Edmán La
La escena política ha sido testigo de un agudo intercambio de declaraciones entre el senador electo Branko Marinkovic, de la alianza Libre, y Edmán Lara, el candidato a la vicepresidencia por el PDC. La confrontación se intensificó tras un acto de campaña en El Alto, donde Lara formuló serios señalamientos contra Jorge Tuto Quiroga y su entorno, asociándolos con el concepto de la ‘media luna’ y acusándolos de buscar la fragmentación del país.
Marinkovic respondió con celeridad a estas imputaciones, calificando la retórica de Lara como una guerra sucia de insultos. Afirmó que su oponente no presentaba propuestas innovadoras, sino que reiteraba un discurso divisivo, análogo a narrativas de administraciones pasadas que, según Marinkovic, sembraron animadversión y polarización entre los ciudadanos bolivianos. El legislador electo subrayó el cansancio colectivo ante una retórica de resentimiento, indicando que la población no toleraría más el odio camuflado bajo nuevas siglas políticas. Enfatizó una demanda generalizada por un cambio profundo y radical, cimentado en la unidad, la igualdad de oportunidades y la libertad.
Durante su mitin, Lara, un expolicía, endureció su crítica hacia los contendientes de Libre. Los acusó de representar a las élites y de tener intenciones de desunir a la nación. Los vinculó explícitamente con el patrocinio del movimiento de la ‘media luna’, que, según su afirmación, pretendía separar Bolivia. Lara advirtió contra el resurgimiento de la división, el regionalismo, el racismo y la intimidación, declarando que estos matones no volverían a someter a la población. Aclaró que, si bien su partido no albergaba animosidad contra los adinerados, su afinidad residía con los menos privilegiados.
Más adelante en su discurso, Lara reiteró su descripción de los rivales como matones, atribuyéndoles una persistente cultura del matonaje y racismo. Luego cuestionó las afiliaciones de Jorge Quiroga, presentándolo como un representante de logias y grupos de poder que, en la visión de Lara, despreciaban a las clases media, baja y campesina. Expresó su deseo de proteger a los ciudadanos de tal trato, etiquetando a los aliados de Quiroga como racistas, elitistas, discriminadores y regionalistas.
Lara también se refirió directamente a Marinkovic, a quien describió de manera controvertida como un odiador de collas y lo asoció directamente con el proyecto autonómico de la ‘media luna’. Cuestionó la ausencia de Marinkovic de la esfera pública, sugiriendo que era por conveniencia. Marinkovic, respondiendo con un toque de ironía a estas alusiones personales, aclaró que, en efecto, se encontraba de viaje, un hecho que había comunicado previamente. Confirmó su inminente regreso para continuar trabajando por la transformación radical, la libertad y el bienestar de Bolivia.
Más allá de los ataques personales, el candidato del PDC alegó que funcionarios del gobierno municipal de El Alto y de otras entidades públicas se habían alineado con Libre por temor a perder sus empleos. Prometió que, de resultar victorioso, emprendería una limpieza integral en el aparato estatal y abriría espacios para nuevos profesionales y trabajadores.
Esta escalada de recriminaciones mutuas se produce en un contexto de crecientes tensiones previas a la segunda vuelta electoral programada para el 19 de octubre. La contienda enfrenta al binomio de Jorge Quiroga y Juan Pablo Velasco por Libre, contra Rodrigo Paz y Edmán Lara, quienes representan al PDC. El Tribunal Supremo Electoral había extendido recientemente una invitación a ambas duplas para formalizar un pacto de no agresión, con el objetivo de frenar las tácticas de guerra sucia y asegurar el respeto al resultado electoral. Sin embargo, Lara no asistió a esta reunión crucial y, hasta el cierre de la semana anterior, no había suscrito el documento
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