La situación de los pacientes oncológicos en Tarija genera una inquietud persistente, especialmente en lo que respecta a la disponibilidad ininterrump
La situación de los pacientes oncológicos en Tarija genera una inquietud persistente, especialmente en lo que respecta a la disponibilidad ininterrumpida de los fármacos necesarios para sus tratamientos. La administración departamental reconoce la validez de estas preocupaciones, enfatizando la naturaleza grave de la enfermedad que demanda una continuidad estricta en la medicación.
El Gobierno Departamental de Tarija ha asegurado la asignación presupuestaria para la adquisición de medicamentos oncológicos. No obstante, se subraya la necesidad de que el sistema de salud nacional, a través del Seguro Universal de Salud (SUS), cumpla con su parte. Un obstáculo significativo que afecta tanto a nivel departamental como nacional es la escasez de divisas, lo que complica la importación de insumos esenciales. En este contexto, se ha instado al gobierno central a priorizar y aplicar medidas preventivas que salvaguarden la vida de estos pacientes.
Un elemento adicional de considerable preocupación es el costo elevado del contraste, un químico indispensable para la realización de tomografías. Estos estudios, que pueden ascender a entre 1.000 y 1.500 bolivianos cada seis meses, representan una carga económica sustancial para los afectados. La Gobernación ha gestionado ante las autoridades nacionales la inclusión de este insumo vital en el listado de prestaciones cubiertas por el SUS, lamentando que los pacientes no solo enfrenten la enfermedad, sino también una repercusión económica considerable.
La problemática del cáncer trasciende la mera disponibilidad de fármacos y estudios. Un paciente oncológico requiere una atención médica integral que abarca no solo medicamentos de alto costo, muchos de ellos importados, sino también un seguimiento constante y análisis complejos. Además, los efectos secundarios de tratamientos como la quimioterapia exigen periodos de reposo y cuidados especiales, lo que frecuentemente impide a los pacientes asistir a sus lugares de trabajo. Esta situación genera un perjuicio económico adicional que impacta directamente en su calidad de vida y en la de sus familias.
Si bien el presupuesto departamental está garantizado, la importación de medicamentos presenta desafíos debido a que muchos no se producen en el país y la situación cambiaria del dólar incide directamente en su adquisición. A pesar de ello, la provisión actual se considera relativamente estable. Se ha reiterado la solicitud al gobierno central para que los estudios y medicamentos costosos, que no son de producción local, sean cubiertos por las prestaciones del SUS, aliviando la doble carga económica que enfrentan los pacientes por los tratamientos y la pérdida de ingresos laborales.
Finalmente, se destaca la importancia de la prevención como una política de salud pública fundamental. La prevención resulta considerablemente más económica que el tratamiento de una enfermedad de esta magnitud. Es alarmante que Tarija ocupe el tercer lugar a nivel nacional en la incidencia de cáncer, lo que subraya la urgencia de investigar las causas subyacentes, no solo reaccionar ante los síntomas, y garantizar la atención médica correspondiente
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